Abby y Brittany Hensel son gemelas unidas que han estado desafiando las probabilidades desde que nacieron en 1990. Cuando nacieron, hicieron titulares por ser una de las muy pocas gemelas unidas que sobrevivieron al proceso de embarazo y parto.
Abby y Brittany son conocidas como gemelas dicefálicas parapágicas, lo que significa que cada una tiene una cabeza mientras que sus cuerpos están unificados.
De entre el pequeño número de gemelos siameses en el mundo, solo el 11 por ciento son gemelos dicefálicos parapágicos como Brittany y Abby. Las chicas tienen dos de cada órgano, dos estómagos, dos corazones, cuatro pulmones, pero su mitad inferior es compartida, lo que significa que solo tienen un sistema reproductivo.
Cada una de las chicas tiene control de un miembro, un brazo y una pierna cada una, y han tenido que superar muchos desafíos de coordinación para poder caminar, nadar, correr, cepillarse el pelo y conducir.
Abby y Brittany han ganado amplia atención en los medios con su inspiradora historia, incluso teniendo su propio programa de televisión, “Abby & Brittany”, que se emitió en 2012.
Las chicas se graduaron de la Universidad de Bethel con un título en educación y desde entonces han conseguido trabajos como profesoras.
“Somos especialistas en matemáticas de cuarto y quinto grado, así que tendremos dos clases de matemáticas. Es a tiempo parcial, lo cual es agradable, así que estaremos un poco en transición en el mundo de la enseñanza”, dijeron.
Su madre, Patty, ha hablado sobre cómo tenían ambiciones profesionales diferentes cuando eran niñas.
“Cuando tenían cinco años, recuerdo que una quería ser piloto y la otra quería ser dentista. Eso duró poco”, dijo.
Patty dijo que cree que tomaron la decisión correcta en cuanto a su carrera.
“Siempre han tenido una conexión con los niños, y los niños siempre han sido atraídos hacia ellas. Tal vez comenzó por curiosidad, pero una vez que se responden sus simples preguntas, todavía siguen siendo atraídos por Abby y Brit”, dijo.
El director que las contrató dijo que fue una decisión fácil.
“Después de nuestra entrevista, acompañé a las chicas hasta la puerta. Regresé a la habitación y antes de sentarme nuevamente, una persona dijo: ‘Corre tras ellas, contrátalas, dales el trabajo'”, dijo.
